martes, 30 de enero de 2007

Historia de un cesante crónico


- Nunca encontré pega relacionada con mi profesión, y me frusta un poco. Bastante diría yo, pero no saco nada con lamentar mi falta de talento, así que a ponerme a buscar pega se ha dicho - Esas fueron las palabras de bernardo cuando se encontraba en su mes 36avo posterior a su titulación de contador auditor sin encontrar una mísera pega. Su historia es triste y penosa, postuló 5 veces a distintos McDonalds de la ciudad, pero nunca pudo entrar, también intentó cortar el pasto, pero todas las vecinas de su sector le respondían negativamente, ya que la fidelidad al jardinero del barrio era tanto más fuerte que la de un hombre hacia su equipo de fútbol, todo esto mientras mandaba curriculum a distintas empresas para ejercer como contador auditor, pero todos sus intentos fueron fallidos. Hubo un mes en donde a Bernardo la suerte le sonrío, se encontró cinco lucas, que no fue capaz de donar a su madre que lo mantenía desde hace 26 años, porque los gastó en un gato chino plástico que mueve la mano, objeto de la suerte para todos los dueños de restaurant chino que pululan en santiago, y objeto kitsch por excelencia.

El Mercurio de cada domingo era lectura obligatoria para Bernardo, que aun no perdía la fe en encontrar pega. Dentro de los avisos que leía cada semana habían unos muy raros, como por ejemplo: Publicista , redactor de oraciones de predicador de calle, pintor de estadio profesional de futbol, encordador de raquetas de badminton, atendedor de mesa del registro civil, doble de Juan Falcón, entre muchos otros, pero el que más le llamó la atención a Bernardo fue el de trabajo sorpresa en juguetería de antaño de nombre alemán. - Que voy a perder en esa pega, que fome puede pasar en una juguetería?- se preguntaba Bernardo y se dirigió raudo a Vicuña Mackenna, Avenida donde se encontraba aquella juguetería. Su sorpresa fue grande cuando no vio nadie postulando al puesto, y se dijo -Esta es la mía- . Bernardo no tenía idea en que consistía su trabajo, pero en su desesperación por encontrar cualquier trabajo aceptó sin escuchar su labor. Al otro día se dio cuenta que el famoso trabajo sorpresa era nada más ni nada menos que resolvedor de cubos rubick, una idiotez se podrá pensar, pero no, era mucho más barato pagarle a alguien que resolviera esos cubos (que por estar en vitrina de muestra, estaban todos desordenados), que botarlos o sacarles los autoahdesivos para volver a ordenarlos de la manera más básica que existe. Bernardo tenía la ardua tarea de resolver 6254 cubos. Pasó el tiempo, y Bernardo logró tal habilidad en el Cubo Rubick, que en el 2008 nos representará en el mundial de rubick, que se disputará en China.

2 comentarios:

Retorcida dijo...

Increible!!!!


Vamos el jueves?

Un abrazo!

Y no te sientas fuera de foco...
Cada uno en su cuento.


Muakz!

Retorcida dijo...

angelitas_45@hotmail.com

Hablamos!