jueves, 9 de febrero de 2006

Los perros nunca molestan



-Ya poh Daniel, deja de hueviarme porfa – Y Daniel seguía saltando para que jugara con él. Una vez que notó que no me entretenía para nada, me mordió los tobillos y me dijo: -Puta el hueón fome, o sea yo siempre estoy de buen ánimo y, si o si, tengo que tener la disposición pa jugar contigo, en cambio tú, todo amargado jugai conmigo cuando se te para el culo. La dura, me tení chato- Y en ese mismo momento Daniel se fue corriendo del lugar y cuando atravesó la calle, mis ojos fueron testigos de una escena horrible, un camión transportador de autos arrolló a mi perro de la manera más fulminante. Quedaré pasmado para siempre.

1 comentario:

Lovage dijo...

Wow!!!!...qué triste Caezón...me acordé del Ranger...te acuerdas de él?..."el perro que guevea con la pelota de tenis"...nunca juego con él