La perseverancia

Siempre he admirado mi perseverancia, es que gracias a ella he logrado todo en esta vida y eso me enorgullece. Toda mi vida estuve enamorado de Irma y cada día lo dediqué a hacerle lindos regalos. Fue un trabajo de joyero. Nunca escatimé en un piropo lindo, nunca fui amarrete en halagos y vi en ella que lo agradecía. Debo decir que Irma muchas veces fue esquiva conmigo, fue fría en momentos tristes de mi vida, siempre pololeo, pero yo perseverante, seguí con mi plan, o sea, tenía que caer algún día , y ese día llegó. Irma se me acercó y me dijo - Benito, eres el hombre de mi vida y nunca me di cuenta - yo feliz como perdiz le dije -menos mal que te diste cuenta - y ella accedió a besarme. Fue extraño, ya que no tenía todos sus dientes como a los 23, además de que emanaba el mismo olor a naftalina que yo. Y es que empezar una relación a los 82 no es muy dije que digamos sobre todo si termina tan mal como terminó esta. Cuando íbamos a intimar, ya mi poronga no servía para nada más que mear, pero nadie me puede decir que no consegui lo que quise.

Ilustración por Edwin Ushiro