Homenaje al Glade Toque

Ocho litros de agua, y ya estaba que me meaba. Subí la escalera rápidamente para hacer mis orines, pero ahhhh, estaba ocupado. Me senté a esperar, pero las ganas me mataban, hasta que escuché el lindo sonido del pestillo. Salió alguien con cara de relax y un diario en su mano, lo que me hizo suponer el olor que allí se alojaba y no era nada tentador, pero las ganas eran más fuertes. Wácala, el olor era a caña de vino con chorrillana, así que tuve que orinar aguantando la respiración. Cuando procedí a la sacudida correspondiente, me fui para el lado, y pasé a llevar con mi espalda, polera incluida, el lindo Glade toque pegado a la muralla.

Quedé pasado a baño toda la maldita tarde.


Ilustración por Oscar Chávez